sábado, 29 de noviembre de 2008
Hoy me cansé de tener frío
Por la mañana salimos a correr y debí pensar dos veces cuando a Moni sólo le veía los ojos (llevaba orejeras, cuello de polar, dos buzos, rompe viento y guantes) y yo sólo con una camiseta térmica abajo del jogging. Aunque había sol me volví a las cinco cuadras. Error: no me fijé en la temperatura antes de salir y olvidé que si hay sol hace más frío. Bien, le di tiempo a mis orejas que se calienten (y otras partes), me cambié, tomé el abrigo de media estación y partí a pagar el alquiler. Me congelé esperando el colectivo, todos los vientos de Montreal pasaban por esa parada ¡papá! Error: no me fijé en el horario del colectivo y ahora tengo la cuenta de la inmobiliaria para hacer transferencia bancaria. Volví a tiempo para almorzar pero antes tomé unos mates para recuperarme, Moni y Mauri esperaron porque vieron que no era mi mejor día. Más tarde mientras Moni revoloteaba por la casa contenta por lo hermoso del día yo agarré mi abrigo para menos 30 grados y avisé que partía para el supermercado… pero me dejé los guantes en el otro abrigo. A la salida del super pasó el colectivo justo antes que llegara a la parada así que a regañadientes caminé a la parada de otro y por supuesto una vez ahí pasó el colectivo de la parada que había dejado. Me bajé en casa y al cruzar la calle un político local que terminaba de sujetar sus carteles quiso sacarme conversación. Dijo algo en francés, sonreí y respondí “ah oui” pero ante el prospecto de congelarme seguí camino. Me consolé pensando que de todas maneras no puedo votar todavía. En fin, llegué a casa a las 3 de la tarde justo para ver de reojo que el sol se ponía en el horizonte mientras me tiraba a dormir una siesta filosófica (de tan profundo que dormí casi descubro el sentido de la vida). ¿Me tomaré unas aspirinas por las dudas?